- Vie, 05 Jun 2009 1:53
#843130
Os dejo el relato y el video de mi primer dia de vuelo, espero que os guste. Aunque pueda parecer sacado de “videos de primera” en realidad son mis primeros minutos en aire. Mis más sinceras disculpas por el audio, es lo que tiene volar en familia. Creó que seguí demasiado al pie de la letra ese sabio consejo de no volar solo la primera vez. Alguien debería haber añadido eso de que mejor solo que mal acompañado.
Para poneros en antecentes decir que nunca antes había visto volar un avioncito de estos, y que toda mi experiencia eran muchas, muchisimas horas en no uno sino en tres simuladores diferentes y lo mucho que se aprende leyendo por aqui. Una finca en Salamanca fue mi improvisado campo de vuelo y un pajarito chino, un AXN Floater Jet, el conejillo de Indias en cuestión.
PRIMER VUELO: SENSACIONES EXTRAÑAS
De todos los posibles problemas a los que me iba a enfrentar en mi primer vuelo real me preocupaba especialmente el momento del despegue, sobre todo porque es un paso que no se puede ensayar en el simulador. Como veréis no iba del todo desencaminado. Para el lanzamiento contaba con la inestimable colaboración de mi hermano y mi cuñado, cuyos primeros contactos con el aeromodelismo se remontaban a esa misma tarde. Alentador ¿verdad?.
Llegados ya al lugar y puestos en faena, el primero en coger el avión es mi cuñado por aquello de que mide casi dos metros. Le digo: “cuando te diga tíralo de frente como si fuese un dardo”. Mientras lo sujeta, le doy gas a tope, respiro hondo y… ¡adelante!. Mi cuñado lo lanza, tiro de profundidad, y……. el resultado podéis verlo en al video. El avión se va de morros contra el suelo con el motor a plena potencia. Empezamos bien…
Lo recogemos del suelo y se comprueba que no ha habido daños. Segundo intento y más de lo mismo, aunque esta vez el avión hace el ademán de planear y en lugar de sobre el morro aterriza sobre la panza. La grada empieza a impacientarse y continúan escuchándose todo tipo de comentarios, a cual más inoportuno. Aquí todo Dios opina. Mi cuñado, muy sabiamente, se desentiende del marrón y le pasa los trastos a mi hermano. La operadora de cámara, plenamente consciente de que ese cacharro nunca volará interrumpe su función y se dedica a otros menesteres, y mis pobres sobrinos, los únicos que realmente parecen interesados en que el avión vuele, no entienden nada de lo que está pasando.
Pero el cambio de lanzador no soluciona el problema. El tercer, cuarto y quinto intento concluyen con idéntico resultado mientras que el público parece cada vez más encantado con el espectáculo que esta presenciando. Es más, el descojone entre los asistentes crece de forma proporcional al número de intentos fallidos. En esos momentos, un sudor frío me recorre por dentro y yo mismo empiezo a estar convencido de que no voy a poder ponerlo en el aire. Vuelvo a repasar todo, centro de gravedad, montaje de la hélice, etc. y todo parece estar correcto. Estoy más perdido que un pulpo en un garage y no se muy bien que hacer. Entonces mi hermano que parece haber comprendido el problema me dice, “tú déjame a mi, voy a lanzártelo hacia arriba”. ¿Hacia arriba?, bueno venga, tu mismo….
Era el sexto intento, y estába claro que teníamos que probar algo nuevo. Por mi cabeza se paseaba la idea de subir a mi hermano a un árbol o al tejado de la casa, cosa que creo que no hubiese estado muy por la labor. Sin demasiada fe, nos ponemos todos de nuevo en nuestros puestos. Preparados, listos… ¡yaaaa!. Mi hermano lanza el avión y….. ¡siiiiiiiiiiiiii! ¡esta vez siiiii!!!!, sin mirar siquiera al suelo, el avión sale disparado hacia arriba como un cohete. ¡Estoy volando!. Inmediatamente todo el cachondeo que había a mi alrededor se transforma en exclamaciones de admiración, ¡Alaaaaaa! ¡ahí vaaa si vuela!, ¡que pasada!, ¡como mola!, incluso mi tío me dice ¡oye, cuanto cuesta uno de estos, quiero que me consigas uno para mi nieto!. Pero yo sigo a lo mío, la primera sensación es que no me resulta del todo extraño, para mi sorpresa el avión se comporta de una forma muy parecida a como lo hacía en el simulador. Pero enseguida me doy cuenta de algo: aunque por fuera parezco tranquilo, incluso me permito el lujo de hablar o de hacer algún comentario como quien no quiere la cosa, en realidad estoy tan nervioso que los dedos literalmente me tiemblan, tengo la sensación de que me cuesta mucho más controlar mis nervios que mantener volando el avión. Solo el hecho de pensar que ese pajarito de cartón, que he contemplado casi a diario en el suelo de mi habitación durante el largo mes y medio que ha durado mi periodo de instrucción teórica entre foros y simuladores, se encuentra ahora a muchos metros sobre mi cabeza y eso me produce una extraña sensación de vértigo.
Los minutos van pasando y el avión sigue en el aire, y aunque los dedos ya no me tiemblan, sigo estando muy nervioso. Es una mezcla de sensaciones, pero creo que en definitiva más que disfrutar estoy pasando un mal rato. No me atrevo a hacer nada, no me atrevo ni a alejarlo demasiado ni a acercarlo demasiado, ni a volar muy alto ni muy bajo, pienso que en cualquier momento puede fallar la emisora, un servo o cualquier otra cosa que haga que aquí acabe mi aventura. Demasiado agobio, así que decido bajar el avión, para fumarme un cigarrito y relajarme un poco. Y es aquí cuando empiezo a salir de la laguna mental en al que me ha metido. Llevo bastante tiempo en el aire dando tumbos y sin saber muy bien que hacer y de repente me encuentro que ahora si tengo un objetivo claro: poner el avión sano y salvo en suelo. Por momentos, olvido mis nervios y comienzo a concentrarme en la maniobra, con un extraño sentimiento de confianza de que todo va ir bien, como si no fuese la primera vez que aterrizo un avión. Apenas sopla el viento, así que no pienso demasiado en que dirección debo aterrizar. Tampoco me preocupa el dejarlo a mis pies como hacía con el simulador. Alejo un poco el avión y lo traigo hacia mí en la trayectoria que él mismo decide. Corto el gas y lo voy haciendo descender poco a poco, hasta que aterriza sobre la panza sin mayores sobresaltos a unos 10 metros de mi posición.
SEGUNDO VUELO Y PRIMERA EN LA FRENTE
Volvemos a poner el avión en el aire, ya sin problemas. Pienso que el primer vuelo ya ha sido todo un existo, lo hubiese firmado antes empezar, pero aun así no me confío. Estoy bastante más tranquilo y me dedico a observar el comportamiento del avión, posibles vicios, etc. Todo parece correcto, sin tener mucha idea, mi impresión es que vuela muy bien y que responde perfectamente a todo lo que le pido. En lugar de hacer círculos sin ton ni son como en el primer vuelo, intento volarlo hacia donde yo quiero y llevarlo de un punto a otro, y a duras penas medioloconsigo. Todo transcurre con relativa tranquilidad, arriesgo poco y en ningún momento paso de la mitad del acelerador, hasta que de repente, sin venir a cuento, me quedo perplejo al ver como el avión choca con un ala contra unos cables alta tensión, se queda literalmente clavado en el aire y cae de morros contra el suelo. Ni siquiera traté de esquivarlos, hubiera jurado que volaba por encima de ellos y que todavía estaba a varios metros de distancia. Pero la cruda realidad es que me había pegado mi primer piñazo. Cuando recojo el avión compruebo con gran alivio que sigue de una pieza, mejor aún, los daños son casi imperceptibles, y solo me doy cuenta que el morro se ha arrugado un pelín cuando al poner la capota veo que no ajusta perfectamente. Lo enderezo sobre la marcha y por si las moscas pego la capota con un poco de cinta americana, no vaya a ser que la pierda durante el vuelo. Esta claro que el haber sido previsor y haber seguido vuestros consejos que me habían llevado a reforzar el morro con cinta de fibra por esta vez me han salvado de males mayores. Después de este incidente vuelta al aire para acabar con la segunda batería. Poco más que reseñar, aterrizaje bastante decente otra vez. Es hora de cargar las dos lipos y en un par de horas vuelta a empezar.
TERCER VUELO Y VUELTA A LAS ANDADAS
Antes de empezar a volar, he leído páginas y páginas en este y otros foros, y una de las cosas que me más clara me ha quedado es que si eres novato como yo y hay un obstáculo en el campo de vuelo, el avión acabará estrellándose contra él sí o sí. Me pasó en el segundo vuelo y como no en el tercero también. Antes de este segundo accidente, llevaba ya un rato volando, cada vez menos estresado y cada vez disfrutando más. Decidí alejar el avión de frente, en dirección a las montañas, y traérmelo hacia mí repetidas veces. En la última de ellas, lo traje muy despacito y muy bajito, como si fuera a cogerlo con la mano. Una vez que el avión me sobrepasó, me giré con él y….. oh, ooh, demasiado cerca de la casa. Supongo que todavía tenía unos metros para haberlo echado al suelo, pero ni se me ocurrió. Al ver la casa enfrente lo único que se me pasó por la cabeza era como esquivarla. Puse el motor a tope y tire de profundidad para intentar ascender y sobrevolarla. El avión se encabronó y comenzó a subir, pero no se si lo suficiente, lo veía estampado contra el tejado. Supongo que hice lo que no se debe hacer nunca y es intentar muchas cosas al mismo tiempo. Tal vez hubiese sobrevolado el tejado, pero la ansiedad me hizo cambiar de estrategia y giré todo a izquierdas para dar media vuelta e intentar sacarlo de ahí. Resultado: el avión cayó en picado de medio lado y fue a dar violentamente con su linda nariz contra el durísimo suelo de la terraza. Calculo que se precipitaría desde unos 5 metros con el motor a tope. Ahora si que la he cagado, pensé, mientras escuchaba todo tipo de improperios de la gente que estaba por allí. La peor parte se la llevó la perrita de mi hermano. La pobre tuvo la mala suerte de estar en el sitio equivocado en el momento equivocado. Mientras dormitaba, no debió darle excesiva importancia a aquel objeto volador que se precipitaba contra ella. Cuando este hizo diana a un raquítico metro de distancia de donde descansaba ella, salió despavorida en busca de lugar más seguro y no la volví a verla en toda la tarde. Como le dije a mi hermano no había motivo para enfadarse ya que de haber sido necesario, la perrita hubiese quedado perfectamente reparada con un par de servos y poco de ciano.
A todo esto, cuando recojo el pajarito me doy cuenta de que los aviones también tienen su Angel de la Guarda. Milagrosamente tampoco había sufrido daños esta vez o de haberlos eran mínimos y se solapaban con los de la primera piña. Cambio de batería y a por al cuarto vuelo.
CUARTO VUELO Y FIN DE FIESTA
Serían ya como las 8,30 de la tarde y en las montañas se había formado una tormenta que todavía tardaría un rato en llegar hasta aquí. Lo peor es que el viento había empezado a soplar, no demasiado, pero viento al fin y al cabo. Me había hecho más de 200 kms para llegar hasta allí y volar y no me iba a dejar asustar por una brisilla de nada. Así que avión al aire con la última lipo del día.
En este último vuelo no hubo incidentes y me atreví a comprobar como volaba el bicho a tope de motor ya que en vuelos anteriores, casi no había pasado de un tercio del recorrido del stick. Y la verdad es que me quedé alucinado. Dios que pasada lo que tira el motorcito este, a tope de gas subía en vertical como un cohete y apenas unos segundos casi lo perdía de vista. Una vez en las alturas cortaba gas y lo bajaba planeando, y valla si planea, se tiraba un montón de tiempo por ahí arriba, tanto que a veces me daba miedo que lo fuese a succionar una térmica o alguna fuerza extraña de la naturaleza y le picaba un poco abajo para que bajase cuanto antes. Después fijé como objetivo un árbol que estaba a unos 200 metros y me dediqué a llevarlo hacia él en contra del viento y a traerlo casi sin darle gas con el propio viento. En una de estas me preguntaba cuanto correría este bicho a favor de viento y con gas a tope. Entonces encaré el árbol, giré hacia mí y subí hasta arriba el palito del gas. Se encabrito con una actitud de morro arriba y traté de mantenerlo recto y nivelado tirando de profundidad hacia abajo. No veáis que acojoné, venia hacia mí bufando, echando pestes y daba la sensación que iban a saltar las alas por los aires. Estaba claro que era mucha tela para mi primer día y decidí dejar estos experimentos para cuando tenga más experiencia. Y lo mismo para los loopings, invertidos, y otras figuras arriesgadas que habían sido pedidas con reiteración por la parroquia, seguramente más con la esperanza de ver mi avión espanzurrado en el suelo que por el simple hecho de disfrutar de una jornada de vuelo acrobático. Pero nada, uno se mantuvo firme. Y para acabar la jornada otro aterrizaje más sin pena ni gloria, pajarito al coche y para casa, más feliz que una perdiz.
------------------------------------------------------------------------------------
Supongo que podría sacar muchas conclusiones de esta primera experiencia pero creo que se me ha ido ya la mano escribiendo. En resumen, aunque hubo alguna que otra de cal, he acabado muy satisfecho con esta primera experiencia. Se que más temprano que tarde acabaré cayendo pero de momento que me quiten lo bailado. A los valientes que habeis llegado hasta aqui, muchas gracias por leerlo, y a los que no muchas gracias tambien por haberlo intentado.
Por ultimo os dejo el video, no es mucho porque ya os digo que la cámara se cansó en seguida, pero yo creo que suficiente. Y aunque soy novato me permito el lujo de dar mi primer consejo en este foro, y es que si teneis unos tapones de oidos a mano no dudeis en usarlos.
http://www.youtube.com/watch?v=L0kvky-5nsY
Para poneros en antecentes decir que nunca antes había visto volar un avioncito de estos, y que toda mi experiencia eran muchas, muchisimas horas en no uno sino en tres simuladores diferentes y lo mucho que se aprende leyendo por aqui. Una finca en Salamanca fue mi improvisado campo de vuelo y un pajarito chino, un AXN Floater Jet, el conejillo de Indias en cuestión.
PRIMER VUELO: SENSACIONES EXTRAÑAS
De todos los posibles problemas a los que me iba a enfrentar en mi primer vuelo real me preocupaba especialmente el momento del despegue, sobre todo porque es un paso que no se puede ensayar en el simulador. Como veréis no iba del todo desencaminado. Para el lanzamiento contaba con la inestimable colaboración de mi hermano y mi cuñado, cuyos primeros contactos con el aeromodelismo se remontaban a esa misma tarde. Alentador ¿verdad?.
Llegados ya al lugar y puestos en faena, el primero en coger el avión es mi cuñado por aquello de que mide casi dos metros. Le digo: “cuando te diga tíralo de frente como si fuese un dardo”. Mientras lo sujeta, le doy gas a tope, respiro hondo y… ¡adelante!. Mi cuñado lo lanza, tiro de profundidad, y……. el resultado podéis verlo en al video. El avión se va de morros contra el suelo con el motor a plena potencia. Empezamos bien…
Lo recogemos del suelo y se comprueba que no ha habido daños. Segundo intento y más de lo mismo, aunque esta vez el avión hace el ademán de planear y en lugar de sobre el morro aterriza sobre la panza. La grada empieza a impacientarse y continúan escuchándose todo tipo de comentarios, a cual más inoportuno. Aquí todo Dios opina. Mi cuñado, muy sabiamente, se desentiende del marrón y le pasa los trastos a mi hermano. La operadora de cámara, plenamente consciente de que ese cacharro nunca volará interrumpe su función y se dedica a otros menesteres, y mis pobres sobrinos, los únicos que realmente parecen interesados en que el avión vuele, no entienden nada de lo que está pasando.
Pero el cambio de lanzador no soluciona el problema. El tercer, cuarto y quinto intento concluyen con idéntico resultado mientras que el público parece cada vez más encantado con el espectáculo que esta presenciando. Es más, el descojone entre los asistentes crece de forma proporcional al número de intentos fallidos. En esos momentos, un sudor frío me recorre por dentro y yo mismo empiezo a estar convencido de que no voy a poder ponerlo en el aire. Vuelvo a repasar todo, centro de gravedad, montaje de la hélice, etc. y todo parece estar correcto. Estoy más perdido que un pulpo en un garage y no se muy bien que hacer. Entonces mi hermano que parece haber comprendido el problema me dice, “tú déjame a mi, voy a lanzártelo hacia arriba”. ¿Hacia arriba?, bueno venga, tu mismo….
Era el sexto intento, y estába claro que teníamos que probar algo nuevo. Por mi cabeza se paseaba la idea de subir a mi hermano a un árbol o al tejado de la casa, cosa que creo que no hubiese estado muy por la labor. Sin demasiada fe, nos ponemos todos de nuevo en nuestros puestos. Preparados, listos… ¡yaaaa!. Mi hermano lanza el avión y….. ¡siiiiiiiiiiiiii! ¡esta vez siiiii!!!!, sin mirar siquiera al suelo, el avión sale disparado hacia arriba como un cohete. ¡Estoy volando!. Inmediatamente todo el cachondeo que había a mi alrededor se transforma en exclamaciones de admiración, ¡Alaaaaaa! ¡ahí vaaa si vuela!, ¡que pasada!, ¡como mola!, incluso mi tío me dice ¡oye, cuanto cuesta uno de estos, quiero que me consigas uno para mi nieto!. Pero yo sigo a lo mío, la primera sensación es que no me resulta del todo extraño, para mi sorpresa el avión se comporta de una forma muy parecida a como lo hacía en el simulador. Pero enseguida me doy cuenta de algo: aunque por fuera parezco tranquilo, incluso me permito el lujo de hablar o de hacer algún comentario como quien no quiere la cosa, en realidad estoy tan nervioso que los dedos literalmente me tiemblan, tengo la sensación de que me cuesta mucho más controlar mis nervios que mantener volando el avión. Solo el hecho de pensar que ese pajarito de cartón, que he contemplado casi a diario en el suelo de mi habitación durante el largo mes y medio que ha durado mi periodo de instrucción teórica entre foros y simuladores, se encuentra ahora a muchos metros sobre mi cabeza y eso me produce una extraña sensación de vértigo.
Los minutos van pasando y el avión sigue en el aire, y aunque los dedos ya no me tiemblan, sigo estando muy nervioso. Es una mezcla de sensaciones, pero creo que en definitiva más que disfrutar estoy pasando un mal rato. No me atrevo a hacer nada, no me atrevo ni a alejarlo demasiado ni a acercarlo demasiado, ni a volar muy alto ni muy bajo, pienso que en cualquier momento puede fallar la emisora, un servo o cualquier otra cosa que haga que aquí acabe mi aventura. Demasiado agobio, así que decido bajar el avión, para fumarme un cigarrito y relajarme un poco. Y es aquí cuando empiezo a salir de la laguna mental en al que me ha metido. Llevo bastante tiempo en el aire dando tumbos y sin saber muy bien que hacer y de repente me encuentro que ahora si tengo un objetivo claro: poner el avión sano y salvo en suelo. Por momentos, olvido mis nervios y comienzo a concentrarme en la maniobra, con un extraño sentimiento de confianza de que todo va ir bien, como si no fuese la primera vez que aterrizo un avión. Apenas sopla el viento, así que no pienso demasiado en que dirección debo aterrizar. Tampoco me preocupa el dejarlo a mis pies como hacía con el simulador. Alejo un poco el avión y lo traigo hacia mí en la trayectoria que él mismo decide. Corto el gas y lo voy haciendo descender poco a poco, hasta que aterriza sobre la panza sin mayores sobresaltos a unos 10 metros de mi posición.
SEGUNDO VUELO Y PRIMERA EN LA FRENTE
Volvemos a poner el avión en el aire, ya sin problemas. Pienso que el primer vuelo ya ha sido todo un existo, lo hubiese firmado antes empezar, pero aun así no me confío. Estoy bastante más tranquilo y me dedico a observar el comportamiento del avión, posibles vicios, etc. Todo parece correcto, sin tener mucha idea, mi impresión es que vuela muy bien y que responde perfectamente a todo lo que le pido. En lugar de hacer círculos sin ton ni son como en el primer vuelo, intento volarlo hacia donde yo quiero y llevarlo de un punto a otro, y a duras penas medioloconsigo. Todo transcurre con relativa tranquilidad, arriesgo poco y en ningún momento paso de la mitad del acelerador, hasta que de repente, sin venir a cuento, me quedo perplejo al ver como el avión choca con un ala contra unos cables alta tensión, se queda literalmente clavado en el aire y cae de morros contra el suelo. Ni siquiera traté de esquivarlos, hubiera jurado que volaba por encima de ellos y que todavía estaba a varios metros de distancia. Pero la cruda realidad es que me había pegado mi primer piñazo. Cuando recojo el avión compruebo con gran alivio que sigue de una pieza, mejor aún, los daños son casi imperceptibles, y solo me doy cuenta que el morro se ha arrugado un pelín cuando al poner la capota veo que no ajusta perfectamente. Lo enderezo sobre la marcha y por si las moscas pego la capota con un poco de cinta americana, no vaya a ser que la pierda durante el vuelo. Esta claro que el haber sido previsor y haber seguido vuestros consejos que me habían llevado a reforzar el morro con cinta de fibra por esta vez me han salvado de males mayores. Después de este incidente vuelta al aire para acabar con la segunda batería. Poco más que reseñar, aterrizaje bastante decente otra vez. Es hora de cargar las dos lipos y en un par de horas vuelta a empezar.
TERCER VUELO Y VUELTA A LAS ANDADAS
Antes de empezar a volar, he leído páginas y páginas en este y otros foros, y una de las cosas que me más clara me ha quedado es que si eres novato como yo y hay un obstáculo en el campo de vuelo, el avión acabará estrellándose contra él sí o sí. Me pasó en el segundo vuelo y como no en el tercero también. Antes de este segundo accidente, llevaba ya un rato volando, cada vez menos estresado y cada vez disfrutando más. Decidí alejar el avión de frente, en dirección a las montañas, y traérmelo hacia mí repetidas veces. En la última de ellas, lo traje muy despacito y muy bajito, como si fuera a cogerlo con la mano. Una vez que el avión me sobrepasó, me giré con él y….. oh, ooh, demasiado cerca de la casa. Supongo que todavía tenía unos metros para haberlo echado al suelo, pero ni se me ocurrió. Al ver la casa enfrente lo único que se me pasó por la cabeza era como esquivarla. Puse el motor a tope y tire de profundidad para intentar ascender y sobrevolarla. El avión se encabronó y comenzó a subir, pero no se si lo suficiente, lo veía estampado contra el tejado. Supongo que hice lo que no se debe hacer nunca y es intentar muchas cosas al mismo tiempo. Tal vez hubiese sobrevolado el tejado, pero la ansiedad me hizo cambiar de estrategia y giré todo a izquierdas para dar media vuelta e intentar sacarlo de ahí. Resultado: el avión cayó en picado de medio lado y fue a dar violentamente con su linda nariz contra el durísimo suelo de la terraza. Calculo que se precipitaría desde unos 5 metros con el motor a tope. Ahora si que la he cagado, pensé, mientras escuchaba todo tipo de improperios de la gente que estaba por allí. La peor parte se la llevó la perrita de mi hermano. La pobre tuvo la mala suerte de estar en el sitio equivocado en el momento equivocado. Mientras dormitaba, no debió darle excesiva importancia a aquel objeto volador que se precipitaba contra ella. Cuando este hizo diana a un raquítico metro de distancia de donde descansaba ella, salió despavorida en busca de lugar más seguro y no la volví a verla en toda la tarde. Como le dije a mi hermano no había motivo para enfadarse ya que de haber sido necesario, la perrita hubiese quedado perfectamente reparada con un par de servos y poco de ciano.
A todo esto, cuando recojo el pajarito me doy cuenta de que los aviones también tienen su Angel de la Guarda. Milagrosamente tampoco había sufrido daños esta vez o de haberlos eran mínimos y se solapaban con los de la primera piña. Cambio de batería y a por al cuarto vuelo.
CUARTO VUELO Y FIN DE FIESTA
Serían ya como las 8,30 de la tarde y en las montañas se había formado una tormenta que todavía tardaría un rato en llegar hasta aquí. Lo peor es que el viento había empezado a soplar, no demasiado, pero viento al fin y al cabo. Me había hecho más de 200 kms para llegar hasta allí y volar y no me iba a dejar asustar por una brisilla de nada. Así que avión al aire con la última lipo del día.
En este último vuelo no hubo incidentes y me atreví a comprobar como volaba el bicho a tope de motor ya que en vuelos anteriores, casi no había pasado de un tercio del recorrido del stick. Y la verdad es que me quedé alucinado. Dios que pasada lo que tira el motorcito este, a tope de gas subía en vertical como un cohete y apenas unos segundos casi lo perdía de vista. Una vez en las alturas cortaba gas y lo bajaba planeando, y valla si planea, se tiraba un montón de tiempo por ahí arriba, tanto que a veces me daba miedo que lo fuese a succionar una térmica o alguna fuerza extraña de la naturaleza y le picaba un poco abajo para que bajase cuanto antes. Después fijé como objetivo un árbol que estaba a unos 200 metros y me dediqué a llevarlo hacia él en contra del viento y a traerlo casi sin darle gas con el propio viento. En una de estas me preguntaba cuanto correría este bicho a favor de viento y con gas a tope. Entonces encaré el árbol, giré hacia mí y subí hasta arriba el palito del gas. Se encabrito con una actitud de morro arriba y traté de mantenerlo recto y nivelado tirando de profundidad hacia abajo. No veáis que acojoné, venia hacia mí bufando, echando pestes y daba la sensación que iban a saltar las alas por los aires. Estaba claro que era mucha tela para mi primer día y decidí dejar estos experimentos para cuando tenga más experiencia. Y lo mismo para los loopings, invertidos, y otras figuras arriesgadas que habían sido pedidas con reiteración por la parroquia, seguramente más con la esperanza de ver mi avión espanzurrado en el suelo que por el simple hecho de disfrutar de una jornada de vuelo acrobático. Pero nada, uno se mantuvo firme. Y para acabar la jornada otro aterrizaje más sin pena ni gloria, pajarito al coche y para casa, más feliz que una perdiz.
------------------------------------------------------------------------------------
Supongo que podría sacar muchas conclusiones de esta primera experiencia pero creo que se me ha ido ya la mano escribiendo. En resumen, aunque hubo alguna que otra de cal, he acabado muy satisfecho con esta primera experiencia. Se que más temprano que tarde acabaré cayendo pero de momento que me quiten lo bailado. A los valientes que habeis llegado hasta aqui, muchas gracias por leerlo, y a los que no muchas gracias tambien por haberlo intentado.
Por ultimo os dejo el video, no es mucho porque ya os digo que la cámara se cansó en seguida, pero yo creo que suficiente. Y aunque soy novato me permito el lujo de dar mi primer consejo en este foro, y es que si teneis unos tapones de oidos a mano no dudeis en usarlos.
http://www.youtube.com/watch?v=L0kvky-5nsY