Pero qué post más genial!!!
Me ha hecho recordar tanto... pero tanto... que me he dado cuenta en segundos de todo lo que le debo a Modelhob. Casi le debo mi ilusión por la aviación, sobretodo por mantenerla muy viva en unos tiempos en que no había internet, tenía yo unos 12 años y empezaba a conocer unos pocos modelos de aviones reales.
A ver si encuentro lo que quede de ese catálogo que cayó en mis manos en el año 1988, porque creo recordar que en la época estudiantil lo desmenucé para pegar las fotos de los aviones que más me gustaban en mi carpeta de dibujo.
Por entonces montaba yo mis primeras maquetas estáticas, compradas todas en la desaparecida tienda PUMARETA de Vilanova i la Geltrú (y que más de uno por aquí conocerá), mientras miraba sin poder comprarlas las cajas del Coyote, Aeronca, Yeyito, Mustang...
Veía el RC como algo inasequible para mi inexistente bolsillo de preadolescente, pero miraba el catálogo de Modelhob y soñaba con volar esos aviones. Veía el Bf-109, avión que ya conocía, y luego miraba el MiG-3, avión que desconocía, y pensaba cómo debió volar en la realidad.
El Spitfire ya lo conocía por un libro, que ha acabado desembocando en mi nick de toda la vida (Robert Tuck era piloto de Spits); el nick de Tuckie lo elegí por respeto al piloto inglés, ya que me decanto por los aivones alemanes.
También con ese catálogo descubrí el Fw-190, que tras volarlo virtualmente en simuladores de vuelo, ahora es uno de mis favoritos.
Eso por un lado; para mí el catálogo de Modelhob era casi más un escaparate de aviones reales que desconocía, un detonante que incendió mi interés por cada uno de ellos y me movió a buscar más información.
Por el otro, Modelhob implicó mis primeros conocimientos sobre aerodinámica, centrado, y estabilización del vuelo, aunque tras analizar mis desastrosos y muy inexpertos vuelos.
Me regalaron un velero Siroco, de vuelo libre. Me lo montó mi abuelo por mí, porque yo no me atrevía con el entelado de las alas. Pero seguí muy de cerca todo el proceso; cómo iba tomando forma, cómo eran las superficies aerodinámicas, porqué el ala era de gaviota y en qué afectaba eso al vuelo (estabilidad positiva), y cómo se ubicaba el centro de gravedad correctamente con balines de plomo en un hueco destinado al contrapeso en el morro.
Al final lo volé algunas veces en la playa, pero me quedó mal centrado y se colgaba, resultando en un vuelo más corto de lo que imaginaba. Me desilusioné conmigo mismo por no haber sabido equilibrarlo mejor. Esto no hacía más que "picarme" para mejorar.
Luego, por impaciente, lo rompí al hacer pruebas de centrado e intentar volarlo dentro de casa.
Al tiempo llegó a casa un Nieuport 17 a motor de gomas. También lo montó, enteló y pintó mi abuelo. Esperando la ocasión para volar, me encantaba darle vueltas a la hélice, 250 vueltas, para a continuación dejarlo en el suelo y soltar la hélice retenida con el dedo. El avión rodaba como si acabase de llegar de una misión. Si hubiese sido hoy le hacía un montaje de vídeo. Creo que ni siquiera tengo fotos de él. ¿¿Cómo no se me ocurrió fotografiarlo??
Al final llegó el día y lo llevé a la playa nuevamente. Craso error el mío; un avión tan delicado, con ese tren de aterrizaje... y sobretodo, ni mi abuelo ni yo habíamos caído en la cuenta en que tal vez era necesario arriostrarlo tal como indicaba en los planos... porque pensábamos que era un adorno.
Al momento de lanzarlo con toda la fuerza que yo tenía, el ala superior se soltó y el avión se estrelló en el suelo por falta de sustentación. Quedaba el ala inferior y el fuselaje estaba dañado, pero volví a lanzarlo con impaciencia creyendo que iba a volar porque sería más ligero. Fuselaje y ala partidos. Un desastre.
Eso me llevó a analizar porqué se había roto, y empecé a sacar mis primeras conclusiones sobre la estructura de un avión y la resistencia que necesitaba.
Luego vino el Fw-190. Y yo que quería el Spit en ese momento, jaja! De nuevo mi paciente abuelo lo montó y pintó, y empecé otra vez con el jueguecito de hacerlo rodar movido por su motor de gomas. Luego de algún estúpido intento de hacerlo volar por dentro de casa (de nuevo por impaciente), el tren de aterrizaje se rompió. Lo reparé y lo volví a romper. Nada, pues irá a volar sin tren. Y voy y no reequilibro el centro de gravedad. Me pasó lo mismo que con el Siroco; se cuelga en el aire, morro al suelo, y roto.
Con esto no pretendo criticar a Modelhob, ni mucho menos. Mi abuelo habitualmente montaba barcos (de los que a veces sacaba piezas para los aviones, vriando distribución de pesos), no aviones, y ni él sabía montarlos para volar (pese a unos acabados de museo), ni yo sabía ajustarlos para un buen vuelo y mucho menos tenía la paciencia para esperar a encontrar las condiciones óptimas y el lugar adecuado para hacerlo.
En otras palabras, entonces yo no estaba preparado para el aeromodelismo. Me faltó tener más contacto con otros aeromodelistas, y sobretodo, medios y conocimientos.
Por eso, a Modelhob lo que es de Modelhob. En mi caso esta marca iba mucho más allá del RC; para mí significaba aviación en estado puro. Tiró de mi ilusión en los difíciles comienzos, hasta que Esci, Italeri y Hasegawa (marcas de modelismo estático) tomaron el relevo.
Tras el modelismo estático vino mi revolución digital con los simuladores de vuelo en los noventa, mi gran big bang con la conexión a internet en 1997, y hasta ahora sigo, tratando de compaginar simulación, y vuelo real, pero volviendo al RC como un aprendiz con la lección de la paciencia ya interiorizada. Que más vale estar en tierra deseando estar en el aire, que en el aire desando estar en tierra
Por todo esto, jamás olvidaré a Modelhob!!!!

GRACIAS!!!!